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Entrevista a Marianela Boan de Freddy Ginebra 

 

1-que es bailar para ti? 

 

Bailar es para mi TODO. Es mi vida, mi salud mental y física, una forma de divertirme y ser un poco más bella. Es una meditación en movimiento, es un acto de mediunidad para entender personajes, sentimientos conceptos y situaciones. Bailar es para mí pensar con todo mi cuerpo. Es todo movimiento organizado o desorganizado dentro de un contexto de sentido. Bailo desde que nací. Recuerdo mi primera danza en los brazos de mi padre Ángel cuando me mecía cantándome algo sobre rosas, la segunda vez que bailé fue cuando me deslicé por una canal en un parque de diversiones y la tercera fue con el Mozambique de Pello el Afrocán. También bailo cuando hago el amor y cuando abrazo a alguien. Bailo cuando como y sobretodo cuando me baño.

 

2-cuando comienzas?

 

Podría decir que empecé a “bailar” como tradicionalmente se conoce cuando tenía alrededor de 4 años en una de esas casas fabulosas del barrio de Nuevo Vedado (mi barrio en aquel tiempo) donde alguien que ya es para mi un espíritu sin rostro me enseñó las 5 posiciones del ballet, las cuales hube de repetir incesantemente hasta que, estudiando ballet mientras hacia la escuela primaria, pude aprender algunas cosas más. Mi padrastro me trajo unas zapatillas de punta de la Unión Soviética que me duraron todos esos años y que eran el objeto más valioso de mi vida. Tanto es así que con ellas llegué a hacer las pruebas de ingreso a la Escuela Nacional de Danza a los 11 años y a todos les decía que tenía 8 años de experiencia como bailarina. Yo me sentía como una veterana. Rápidamente comprendí que era el hazme-reír de la escuela pues entre otras cosas mis amadas zapatillas estaban partidas, los huesos de mis pies deformados para siempre y yo ni siquiera me había dado cuenta. Hice los exámenes de ingreso de Ballet y de Danza Moderna. Cuando entre al salón de Danza Moderna me fascinó lo que vi hacer a las alumnas de cursos anteriores: estaban paradas de cabeza y descalzas, bailaban libremente y eran de todos tamaños y colores. Me decidí por la Danza Moderna.

 

3-tu formación

 

Mi formación de verdad fue en la Escuela Nacional de Danza de Cubanacán. Los que nos formamos en aquellos años en esa escuela fuimos unos grandes privilegiados. Era la época de llevar los sueños a la realidad en la educación artística; la idea del artista integral dominaba la educación. Como bailarina aprendí a pintar, a escribir, a leer y apreciar la música. Desde los 12 años supe qué era dramaturgia de la danza, y aprendí el folklore teórico y practico de mi país y de otros países desde una perspectiva profunda y creativa. Recibí suficientes conocimientos de creación, composición e improvisación como para poder desarrollarme como creadora. La escuela de Arte en ese entonces era un sueño hecho realidad en el que todos los artistas de distintas disciplinas convivíamos en el espacio cotidiano, dialogábamos, compartíamos conocimientos y experiencias. Esta educación fue determinante en lo que ha sido mi obra posteriormente. La Danza Contaminada, la Danza Abierta a otras artes surge de esa experiencia. Pero no menos importante en mi formación fueron los estudios universitarios que curse después que me gradué de bailarina. Estudié Lengua y literatura Hispánica en la Universidad de La Habana, lo cual constituyó un fuerte estímulo intelectual que también ha sido un componente importante de mi obra coreográfica. Soy una coreógrafa que trata de mover el pensamiento.  

 

4-cuando te haces coreógrafa?

 

Ya era coreógrafa cuando escribía poemas. Dejé los poemas cuando vi que podía poner versos en movimiento. La idea de hacer poesía con el cuerpo humano me enamoró demasiado. El placer y la pasión que esa posibilidad produce en mi tienen una fuerza arrasadora tal que me ha hecho poner absolutamente todo en la vida en un segundo plano de importancia. La primera coreografía que hice profesionalmente pero que jamás llego a la escena se llamaba “Quetzalcoalt”. Esa experiencia terminó como la fiesta del “guatao”, ente otras cosas porque en el momento en que yo entro a trabajar en Danza Contemporánea de Cuba en el año 1973, había una lucha generacional y de poder muy grande. Costó trabajo admitir que una jovencita atrevida de 20 años viniera a coreografiar una obra en el templo sagrado de la danza. La verdad es que fui tan tenaz y tuve tanto apoyo de todos los jóvenes que como yo acababan de graduarse, que de alguna manera me convertí en la coreógrafa de mis propios compañeros de generación. Mi primera obra se llamo Danzaria y la estrené en el año 1978. Yo tenía 24 años. Después de ese éxito tuve mucho apoyo de todos y en mi segunda obra me lancé a trabajar con toda la compañía. Era una obra muy compleja sobre Mariana Grajales, la madre de los Maceos. Eso fue en el año 1980 y obtuve mi primer premio coreográfico. 

 

5-qué tiene de diferente el ballet cubano de los demás ballets del mundo?

 

Si te refieres al ballet clásico cubano, creo que es de verdad muy diferente. Más ritmo, menos fluidez y suavidad, más calor y sensualidad, demasiado circo pero mucha pasión. Soviético, cubano, francés y americano. Un potaje en puntas suficientemente ecléctico como para ser bien cubano… Ah! Impecable técnicamente.

 

6-qué haces en Filadelfia? 

 

Me encanta que digas Filadelfia y no EEUU, porque no estoy en EEUU sino en Filadelfia. Hay ciudades de este país en los que jamás podría vivir. Filadelfia me encanta porque es muy europea y agresivamente demócrata, étnicamente muy mezclada y con una tradición cultural muy fuerte, cerca de NY, Washington y La Habana… y tiene una de las mejores y más amistosas comunidades danzarias de los EEUU que me ha recibido con un respeto y un cariño increíbles. He encontrado aquí bailarines muy buenos que están gozando con mis locuras de siempre. Tuve la gran suerte de haber recibido una beca para hacer mi Master en Danza en Temple University, que tiene uno los mejores programas de Danza de todo el país. Como podrá suponerse no es que pueda ya aprender mucho más de danza pero si de pedagogía de la danza y sobretodo de nuevas tecnologías aplicadas al arte que en mi país, por razones obvias, se hacen difíciles de desarrollar. 

Este tiempo fuera de Cuba significa un sacrificio de muchas cosas en el plano personal y artístico pero no concibo mi crecimiento como artista y como persona sin ponerme en un real peligro. Me gusta ver qué pasa en Cuba sin mi presencia y cómo los jóvenes que yo misma he formado ocupan mi espacio y fortalecen su voz propia. Sentía una profunda necesidad de cuestionar todo lo hecho hasta ahora y estudiar nuevamente. La academia es para mi muy estimulante solo por el morbo de negarla después. Casi nada de lo que veo aquí en danza contemporánea me gusta, a excepción de algunos pocos coreógrafos como Tere O’Connor y Trisha Brown. EEUU es una de las cunas de la danza contemporánea, y hay aquí una tradición en la que se mezclan el entretenimiento tonto, lo experimental y lo convencional que es para mi interesante conocer más a fondo y decodificar.

No creo que pueda ser más universal como artista ni que tenga mas “marketing” proyectando mi arte desde aquí que desde Cuba, pero necesito esta lección de internacionalidad cotidiana para sentirme menos la cubanita exótica que mira desde su paraíso, protegida y asustada, al infierno que es el mundo. La sensación de aislamiento que tengo en Cuba ha sido un estimulo fabuloso para mi creación. A golpe de obra he superado absolutamente cualquier posible limitación de cualquier índole y esto supone para mi una gran creatividad y rigor. Mi obra ha estado siempre determinada por esa realidad. Necesitaba abrir una segunda etapa en mi carrera rodeada de otras limitaciones y al mismo tiempo de otras posibilidades que me pongan al alcance de nuevos peligros y conocimientos. Vida Contaminada, VidAbierta.

 

7-estas involucrada en algún montaje en especial?

 

He estrenado aquí cuatro obras significativas para mi: “Lifting”, “La Insoportable levedad del Ser”, “Lay Down on this side only” y “Fluid”. 

En todas ellas hay dos constantes, las impresiones del entorno que me rodea, y la investigación con el video, la tecnología, la imagen. Trato de que cada una de ellas signifique un paso más en mi investigación de siempre, quiero decir, en la contaminación de la danza con otros lenguajes.

La imagen como tal, la magia de las posibilidades digitales para la escena, no es para mí una cuestión de estar en la última onda, que por cierto, es algo ya muy viejo en esta parte del mundo; sino algo que me permite ampliar mi rango expresivo tanto en el aspecto formal como en el del contenido. Una gran parte de la humanidad tiene hoy una relación afectiva con la imagen.

Este año he trabajado en tres proyectos. Uno de ellos es Fluid, una obra que estrené en Painted Bride en Filadelfia y que está motivada, como su nombre lo indica, en el fluir de un medio expresivo a otro, de un espacio a otro y de una idea y situación a otra. Los bailarines se relacionan con el publico en el lobby del teatro mientras son filmados, después publico y bailarines se ven así mismos en un televisor y durante la obra vemos un video intercalado con la acción de la coreografía en que los bailarines, vestidos con la misma ropa que están en la escena, han sido previamente filmados llegando, bailando y despidiéndose en un night club famoso en la ciudad que se llama a su vez Fluid. El tema es el viajar pero de él, como quien abre una caja de Pandora, fluyen una serie de otros temas e ideas acerca de la libertad, la condición de ser americano, la guerra de Irak, la utilidad del night club como lugar de identidad para los jóvenes y así hasta el infinito. El otro proyecto es “Falso Testimonio” que recoge dos estudios previos: Uno de ellos en Carolina del Norte y el otro en el Festival de Oldenburgo, en Alemania, como parte de una coreografía hecha por varios coreógrafos de diferentes países del mundo acerca de Los Diez Mandamientos de la Biblia. En Falso Testimonio trabajo con grandes cajas en las que los bailarines se ocultan mientras son espiados por otro personaje con una cámara. Sus imágenes son proyectadas en vivo simultáneamente en las propias cajas. Me fascinan la idea del video y la acción de filmar como parte de la acción misma de la obra, la tridimensionalidad producida por la convivencia de los cuerpos y la imagen mezclados con los ángulos y los volúmenes de las cajas y sobretodo, la enorme cantidad de ideas que puedo comunicar acerca del hombre que habita en una sociedad informática post-tecnológica, sus angustias y su capacidad de sobrevivencia a pesar de la dictadura del objeto y de la imagen misma.

 

8-que esperas de esta experiencia? 

 

Estas experiencias son solo el comienzo de un mundo infinito de posibilidades que me estimula poderosamente y que cada día despierta en mí nuevos sueños. Quiero poder mostrar este trabajo al mundo y llevarlo también a Cuba.

 

9-si tuvieras que identificar una constante en tus montajes cual seria?

 

Puedo identificar varias constantes: Rigor hasta la crueldad conmigo misma. Mucho placer. Ironía sarcástica. Voluntad transgresora y desmitificadora. Voluntad de encontrar una forma nueva de moverse o componer el movimiento en el mismo cuerpo. Sorpresa.

 

10-cuando miras al futuro que ves?

 

Trabajo y más trabajo, ensayo, investigación, descubrimiento constante.

 

11-hasta cuando debe un bailarín seguir profesionalmente?

 

Hasta que su espíritu le indique, no su cuerpo.

 

12-de donde surgen las ideas de tus montajes?

 

De cosas muy simples que están esperando ser muy complejas pero que hay que tratar de expresar con simplicidad.

 

13-y la música?

 

Del concepto.

 

14-hay siempre una historia en tus coreografías?

 

Podría decir que hay muchas historias y ninguna. Los conceptos son los que rigen las estructuras de mis obras.

 

 15-como te clasificas, es decir tus trabajos?

 

Soy una conceptualista postmodernizada

 

16-la reacción de tus diferentes públicos cual es, notas diferencias del publico cubano, dominicano, norteamericano, europeo etc.?

 

A medida que han pasado los años noto menos la diferencia. Mi trabajo se ha hecho más comprensible para cada vez más diferentes culturas. Esto no ha sido una casualidad, he trabajado mucho en lo que yo llamo “factura Internacional”, es decir obras cada vez más personales y a la vez más universales.

 

17-cual es tu mayor reto como coreógrafa, como artista?

 

Sorprenderme a mi misma.

 

18-te afecta la fama?

 

La fama me afecta para bien y para mal. Para bien porque abre puertas y facilita nuevos proyectos y experiencias. Para mal porque puede cerrar puertas dentro de uno mismo si no se le trata como un enemigo potencial.

 

19-y los fracasos?

 

Trabajo durísimo para no tener fracasos, pero he aprendido a crecer desde la energía del fracaso. Aprendo mucho con ellos. Son dolorosos y los evito a como dé lugar pero cuando suceden y son superados me encantan. 

20- cual es tu mayor satisfacción como creadora?

 

La creación misma.

 

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